Un templo donde no solo comer si no pisar el cielo. Mohamed fue muy atento, una selección de vinos espectacular. Una sala intima y silenciosa, agradable para pasar horas comiendo. Si vas te recomiendo ir sin prisa, disfrutar del servicio, la comida y las vistas.

Fenomenal el servicio, producto, la atención al detalle, el manejo de las intolerancias y el lugar. Todo a la brasa y todo estupendo salvo un postre que no nos pareció demasiado bueno para el nivel general de la comida. Tomamos el menú degustación y añadimos las angulas.

Espectacular de principio a fin. Inmejorable el producto, los puntos de cada preparación, el sabor, todo. El personal muy atento y muy amable. A repetir cuando se pueda

Increíble. Muy recomendable pedir menú si vas por primera vez: merece la pena probarlo todo. Cocina creativa pero sin pretensiones y el sabor a brasa presente hasta en los postres.

Una experiencia inolvidable. Si te gusta el sabor a brasa sin duda es de los mejores sitios del mundo donde puedes apreciarlo. No le encuentro ni un fallo. Excelente trato, producto y presentación