Elegimos el restaurante para celebrar las Bodas de Jaspe y acertamos. No sólo por el entorno con vistas a la Universidad y a las Murallas, la mantelería impoluta de hilo y armoniosa con la sala, y una vajilla y cubertería bonitas, modernas y prácticas, apoyan a una deliciosa y sabrosa comida actual y creativa sin olvidar las tradiciones del lugar en que se ubica. Una extensísima carta de vinos completa cualquier menú que elijas. Por último, un servicio profesional, atento y pendiente a la par que amable y colaborativo completa una “excelente experiencia”. Eso si, barato no es pero merece mucho la pena darse un gustazo de vez en cuando.

Local precioso con vistas a la muralla muy agradables y relajantes. La carta tiene bastante producto y todo lo que pedimos me encantó. Respetan bien el punto de las carnes y preparan un atún y un cogote de merluza muy jugosos. Además, Juan y su padre, Julio, siempre están por las mesas prestando la mejor atención a los clientes y son muy agradables, al igual que el otro camarero que nos atendió en la terraza.

Fuimos a comer en familia, nos pareció que para el precio que tienen, la atención fue bastante regular. Nos sentamos y nadie nos entregó ni la carta ni nos atendieron hasta pasados 10 minutos, y porque les llamamos de forma ya insistente. Lo mismo a la hora de traer las bebidas. La carne era buena pero la trajeron pasada en 2 de los platos. Los postres son buenos pero nada que se salga de lo normal en un restaurante de cierta calidad. Una pasada los precios para lo que es.

Ambiente de ensueño: las vistas, las mesas, la luz, el hilo musical, la atención impecable... Comida de lujo a un precio asequible. Es todo increíble. Seguir las recomendaciones de la carta no es de obligado cumplimiento pero en nuestro caso surtió un efecto inmejorable. Volveremos sin duda. No cambien al personal, que salimos encantados. Los platos estaban genial.

Trato exquisito. Te ganan nada más entrar. La comida buena calidad. Destaco el atún rojo. Hermosa presentación. Gracias por todo