Entorno maravilloso, trato profesional y comida buenísima. La crítica breve, pero en esencia, comer en la fervenza es una experiencia formidable. Por poner una pega, o bondad, que no está a cinco minutos de mí casa, porque precaría de abusar del sitio.

Es ideal para celebrar bautizos, comuniones, bodas e incluso cumpleaños, el sitio es precioso y amplio, el trato de los empleados estupendos aunque el dueño es un pasota y si te atiende es de milagro, por lo demás perfecto.

Nosotros hemos celebrado nuestra boda allí, cierto es que su entorno y sus instalaciones ya nos tenían convencidos, es muy acogedor, sobre todo si te gusta la naturaleza pura. Una vez que conoces a Ramiro y a Bea las pocas dudas desaparecen. La calidad de la comida es muy buena, la profesionalidad del equipo también, y la actitud de los camareros hasta las 5 de la mañana no podía ser mejor. Os lo recomendamos para celebraciones, pero también para escapadas para comer, dormir, y pasear por su entorno. Un lujo!

¡De diez! El lugar es precioso, tanto los exteriores como los comedores interiores, cuidados hasta el último detalle. La comida deliciosa, con toques originales, buena materia prima y presentada con mimo (la lubina con salsa de erizos, fuera de carta, está de muerte). El trato del personal también es para destacar.

El entorno paradisiaco. Comida excelente. Habitaciones muy bien y el personal encantador/a. El no, no existe para ellos, todo lo que solicitas ellos te lo proporcionan. Chapo para ellas/os