Fuimos al Hotel para una boda. El hotel es perfecto para relajarte y desconectar, tiene todo perfecto. Las habitaciones son todas únicas, están cuidadas, tienen bañera, ducha y nevera de cortesía. El servicio es muy atento y amable. Durante los viernes tarde y Domingo mediodía se llena de gente el bar-restaurante así que recomiendo reservar en alguno de sus salones. Repetiremos seguro!

Realmente es un lugar especial, con historia y encanto. La piscina es espectacular. Las habitaciones son amplias y bien cómodas. El personal es muy educado y atento. Te hacen sentir que te alojas realmente en un castillo. Como punto negativo el que durante la mañana casi no pudimos disfrutar de la piscina, ya que había un evento (una boda) y cerraron la entrada a las 11. Tampoco pusieron tumbonas por el mismo motivo. El mobiliario exterior necesita mantenimiento o cambio.

El edificio muy bonito, pero la comida muy cara para lo que te dan. (El restaurante) Para rematar nos cobraron dos veces la cuenta y ni una disculpa! Más bien al revés. Seguro que fue estupendo en el pasado pero ahora no.

Muy bonito y muy bien. Buenos precios en general salvo el vino (25€ una botella de cosechero) y el pan (40€ pan para 10). Un sitio muy especial, la parada tradicional cuando volvemos de Madrid. Recomendamos los huevos fritos con morcilla.

El lugar es muy bonito pero necesita mantenimiento. Pero sobre todo falta personal. Hemos esperado un rato para ser atendidos. Pero después de nosotros ha llegado un matrimonio mayor, nadie los han recibido,nadie les ha dado una carta (se ha levantado el hombre a por una) y finalmente ha tenido que entrar la señora ha buscar un camarero pues después de un buen rato nadie salia a atenderles.