En general todo muy bien. Aspectos a mejorar, la organización a la hora del desayuno, cuando hay muchos clientes, se tara mucho y no hay orden, ni mesas preparadas. La comida buena, pero se tarda bastante en servir cuando hay mucha gente. Pero la estancia ha sido positiva.

Teníamos una reserva en el alojamiento y al llegar, luego de esperar varios minutos, nos indicaron que se habían equivocado y que no tenían una habitación disponible. Nos señalaron que, de así desearlo, podíamos esperar unas horas para tener un cuarto. Nos indicaron que podíamos ir a comprar almuerzo, intertanto, sin perjuicio de indicar que, en realidad, estaban con mucho trabajo. Ante el panorama pregunté si realmente iba a ser posible tener un cuarto o si debíamos buscar otro lugar, a lo que se me respondió que sería mejor que buscáramos otro lugar. En definitiva, tuvimos que irnos a buscar otro lugar donde alojarnos. Una pena, pero estas experiencias cuando uno viaja, son verdaderos malos tragos.

Es un hotel rural muy bien ubicado, en las proximidades de Biar. En condiciones normales, en mi caso no lo fue pues había una boda, con muchos niños, debe ser un lugar tranquilo y con vistas muy bonitas.Las habitaciones son cómodas y tranquilas, pero el servicio tiene sus luces y sus sombras, aunque son muy amables. Buena piscina.

Un lugar encantador con un paisaje precioso y cuidado, habitaciones amplias, muy limpias y acogedoras. A destacar la amabilidad, profesionalidad y el cariño de Toni y María que nos han hecho la estancia muy agradable, nos han mimado mucho y nos han hecho sentir mejor que en casa. Un sitio que recomendamos y al que volveremos seguro.

El sitio es precioso, ideal para desconectar. El trato familiar y se desviven por ti. La comida excepcional, nos hemos dejado aconsejar y nos han sorprendido gratamente y a unos precios ajustados para la calidad que dan. Gracias a Paco y al "canario". Volveremos seguro.