Hemos estado en la terraza y nos han cobrado cada caña a 4,80 (!!!!) Y cada vino blanco normalito a 3,50 (!!!!). Un robo descabellado... no merece la pena tomar algo allí. Mejor ir al palacio de San Esteban justo al lado, que tiene precios más económicos (aunque sigan siendo algo caros, no son lo desbaratado de este ticket que se ve en la imagen). No creo que volvamos...

El ruido que hacen al arreglar las habitaciones desde las ocho de la mañana es insoportable ya que no te deja dormir. Fuimos tres parejas y ninguna pudimos descansar bien. La puerta de la entrada suena mucho también y eso que estábamos en el segundo piso. Falta insonorización. Una pena ya que el hotel es bonito y está bien localizado.

Hotel correcto y sobrio en un buen sitio de Salamanca. Quizás el precio un poco alto frente a su calidad. No hubo posibilidad de desayunar en la agradable terraza, que es quizás la mejor parte del hotel (en vez de explotarla) y la recepción un poco agria. Faltan sonrisas y entusiasmo en la bienvenida y en general.Algo fundamental para que te quede un buen recuerdo.

La atención en recepción de una tal Esther es cuando menos la de una señora mayor amargada de la vida. La manera de dirigirse al cliente no es digna de un hotel de cierta categoría. Más aún cuando está rodeada de hoteles impresionantes con una atención cuidada al detalle. ¡¡¡Ay Esther, qué mustia eres carita!!!. Por lo demás el hotel está bien, sin excesos, pero para aguantar a esta tipa prefiero pagar 50 euros más.

Habitación doble, no se parece en nada a las imágenes que te venden en Booking. Humedad en las paredes. No tiene aparcamiento. Calidad pésima de cama y almohada. Colcha con pelotillas. Imposible ducharte sin encharcar el baño entero. Personal de recepción y limpieza antipático. Lo único bueno, las vistas de la habitación que daban a la catedral. Muy caro para la calidad que tiene.