Precioso Parador ubicado en un antiguo convento. Nos alojamos en la habitación del Cura, bonita y amplia. Desayuno y cena de calidad. El personal muy amable.

Sitio precioso,buena ubicación y sobre todo el personal muy bueno. Buen trato,amables. En concreto un camarero joven,que no recuerdo su nombre,pero encantador con nosotras. Tanto el desayuno como la cena excelente y variedad. Para repetir

Hemos estado una semana en el parador de Trujillo. Como en todos los paradores, ubicación y edificio histórico magníficos. Hemos tenido trato con el personal de recepción, comedor y del bar. Todos serviciales y profesionales . Pero quiero hacer mención especial a Patricia Naharro, que nos atendió cada día en la cena en el bar a ocho personas que éramos, siempre con una sonrisa, encantadora, y muy buena profesional , con un trato excelente . Ojalá repitamos

Hermoso Parador!. Al nivel de los mejores. En nuestro caso, si remarcar que la habitación era pequeña. Otra posible mejora seria reducir el precio del desayuno ya que es elevado.

El Parador de Trujillo tiene un encanto especial. Fue en su día un convento de los más grandes o el más de la Congregación. Vendido para Parador, se añadieron al edificio antiguo una serie de habitaciones con claustro moderno, capaz de albergar a los numerosos huéspedes que visitan este complejo tan concurrido. Además de estar céntrico, tiene el alicientes de contar con los encantos de una población histórica y monumental por excelencia.