Estamos encantados. Aparte de que se puede pedir la lechona a domicilio. No es un restaurante como otros , están especializados en lechonas , el frito mallorquín y poca cosa más . El ambiente es muy bueno para todas las edades ya que se puede pasear con los niños y ver animales.

Animales en malas condiciones. La comida buenísima, pero los pobres animales se mueren de calor. Sin agua, sin comida y si tienen es un MÍNIMO. La vaca sin un poco de sombra, animales exóticos expuestos a libertad que se pueden escapar en cualquier momento. Y sí no, están encerrados en un espacio mínimo. Los pajaritos tienen HORMIGAS ROJAS en el agua, bueno, en la poca agua que tienen.

Divertido lugar donde compartir buena comida, no sólo carne, sino que en su carta tienen buenos platos como alternativa :). Y agradezco mucho que me dejasen llevar a Uep!, mi peludo acompañante, con ello nuestra experiencia fue completa.

Bonito sitio para ir con niños. "En mi experiencia" NO así para comer. Una gastroenteritis una hora después de haber comido una ración de porcella reseca, con corteza correosa a 22€ la ración ( a mi parecer recalentada ya que eran las 13h)Fuimos con reserva. No volveremos!! Los camareros muy amables.

Es un precioso rincón, rodeado de naturaleza. Una burbuja de aire puro, adornada con un variado abanico de animales, que aumenta notoriamente su atractivo. Un espectáculo (si acuden a cenar), que amenizará la sobremesa, dejándoles un bonito final, que recordarán con agrado!! Restaurante asador, con un amplio surtido en su menú y un amabilísimo personal, que les hará sentir, como en su casa. Solo una recomendación, "al Chef": Es mejor anular un plato del menú (si escasea alguno de sus componentes), que estropear la carta. Por eso falta "una de las cinco estrellas".