Buen lugar para comer. Muy buen trato y platos a rebosar. Muy rico el Cachopo y la lubina. De postre aconsejo la quesada. Para venir después de hacer ejercicio y reponer fuerzas. :)

Una experiencia culinaria buena sin más, eso sí un trato por parte de los camareros mala, pides comida no te informan si es mucho o no y luego cuando pides para llevártelo no te dan tápers ni nada, te ponen dos trozos de papel de aluminio encima de la mesa y tú mismo te arreglas. Luego pides una bolsa y te dicen que no tienen bolsas y para más inri cuando vamos a pagar resulta que nos dicen que no aceptan tarjetas que como no hemos visto una reseña que han puesto en un papel en un cristal de la puerta que si no te fijas mucho te pasa como ha nosotros que no lo ves y te encuentras con el problema que si no llevas efectivo tienes que buscarte la vida para poder pagar. En fin la verdad no volveré aunque me lo recomendaron.

De antes la comida era más rica. Ahora sigue siendo abundante pero ya no es igual, es muy normal. La ensaladilla iba acompañada de ensalada y el vinagre estaba por toda la ensaladilla, error! La lubina estaba muy buena, el cachopo...muy normal, grande, pero no tenía apenas sabor. Los postres caseros y ricos!

He ido ya cinco veces y seguiré. Aconsejable comer de menú, porque si lo haces en plan picoteo, como una vez me ocurrió al no tener mesa en el comedor, el precio sube considerablemente. En fin, que Tino (el propietario) da unas raciones épicas, con una calidad muy aceptable y con la posibilidad de llevarte a casa la comida que haya sobrado. Nunca te niega el repetir un plato si te has quedado con antojo, cosa bastante difícil dada la generosidad de sus platos. Recomendable al 200%

Mucha comida, siempre sobra. Tiene mucha gente