Para ir con niños es delicioso pero tenían que dar más publicidad por qué aparte de ir sólo sería un buen sitio para llevar colegios

Excelente y mágico lugar. Gran explicación. Muy interesante.

1° es importante saber que desde dónde se deja el coche hasta el acceso propio a la cueva hay que andar unos 10 min, y algo más de la mitad es cuesta arriba (incluir este tiempo para llegar en hora!!) Una vez arriba en la caseta estará la guía, que nos proporcionará una chichonera (imprescindible, enseguida veréis pq! y una linterna) El grupo máximo son 4p, y siempre con reserva. La cueva no es tan espectacular como las otras visitables de Cantabria, solo conserva algunos grabados de ciervos y otros animales, bastante dificiles de ver si no te los indican con claridad. Curiosamente se ven mejor los que están en el abrigo. Advertir también que desde el abrigo al interior se tiene que pasar por un estrecho pasadizo de techo bajo (con 1.80m de altura hay que andar muy encorvado!). Al final de ese pasadizo se accede a una sala más amplia (la de las columnas) donde predomina el valor geológico. Finalmente otra agachada para acceder a un último espacio donde... con suerte... se puede ver algún otro resto de grabados. En definitiva: solo recomendable para los muy iniciados en la cultura rupestre.

Desde la carretera e indicado por un cartel informativo comienza un sendero, tras atravesar una valla, de unos 600 metros de subida, hasta la caseta que alberga la.zona de atención al público. Una vez confirmadas allí las entradas, se accede a la cueva con el guía, que nos proporcionará cascos y linternas para la realización de la visita.

Muy interesante, no es tan espectacular como otras cuevas pero tiene un toque mágico que la hace especial. Esta bien señalizado. Se pueden observar grabados prehistóricos, espeleotemas y una simpática colonia de murciélagos. La guía Susana, muy competente y agradable.