margarita anido 02/03/2022 Tiene encanto decadente (en el buen sentido) de los casinos que han sabido envejecer conservando su esencia y personalidad.
marisa ventero 18/12/2021 Es un lugar que con un poco de imaginación nos transporta a otra época, con una sociedad más clasista aún, pero arquitectónicamente tanto sus fachadas, que si la principal es soberbia, la de atrás de la Rúa Dolors, es encantadora y mucho más sutil con su estilo modernista. El interior con su sala pintada (la pecera) y su balconada en la escalera abierta a la planta inferior con columnata de mármol y su arquería, así como salas de juego con todas sus peculiaridades hacen que sea un espacio que merece la pena disfrutar no solo para los socios. Visitas guiadas más frecuentes harían que este espacio fuera más compartido y conocido.