Su origen es árabe y data del año 882, cuando Lleida estaba habitada por musulmanes. Sirvió de refugio al califa Hisham III desde 1031 hasta 1036. Fue lugar de celebración de la boda entre el príncipe aragonés Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón en 1150. Entre sus muros, los nobles catalanes y aragoneses juraron fidelidad a Jaime I en 1214. Fue residencia de los condes de Barcelona. En la guerra de sucesión, el turó de Lleida se convirtió en fortaleza militar y el castillo era el polvorín. La explosión de 1812 en la guerra de la independencia, y la explosión de 1936 en la guerra civil, destruyeron gran parte del castillo haciendo que actualmente apenas quede una quinta parte de su estructura.

Lugar de historia, hermosos pasillos evidencia de gran trabajo arquitectónico de su tiempo,

Un lugar histórico, en su sala central asistí a una clase de taichi, fue una gran experiencia. El lugar es muy recomendable, las vistas exteriores son magníficas, aportan una visión de la cara norte de la ciudad de Lleida

me gusto mucho este castillo. lo recomiendo

Aun mal mantenido, ya que muchas zonas les falta un buen repaso, es impresionante verlo des de abajo, verlo des de arriba y con unas vistas impresionantes, muy recomendable.