Esta cueva, en concreto, tiene pocas pinturas, 2 o 3 caballos, un par de renos y un bisonte. Todos ellos en negro. Es más interesante por su geología que por sus pinturas

Hemos salido encantados de esta cueva. Hemos ido con dos peques y les ha gustado mucho. El ir por los pasillos de la cueva es muy atractivo para ellos. Poder ver pinturas rupestres a menos de un metro impresiona. La cueva es muy bonita con sus formas geológicas. El guía de 10. Con gran conocimiento muy pendiente del grupo. Es necesario comprar por anticipado.

La verdad que es una cueva muy bonita. En un entorno único. Las pinturas son muy importantes. Los pekes además verán de primera persona el arte de las pinturas de nuestros antepasados. Uno de los mejores aprendizajes. Con los guías que custodian ese tesoro todo es mucho más fácil.

Cueva preciosa, sin apenas arte parietal porque no fue habitada ,pero si con algún dibujo hecho hace 12000 años con tiznones (carbón vegetal). Morfología espectacular.

Mientras que la cueva del Castillo se centra más en el arte rupestre, ésta tiene más riqueza de formaciones geológicas. Tiene algún grabado más moderno y cuyos trazos se ven con claridad. La visita dura unos 45 minutos, y si vais a ver ambas cuevas, espaciad las visitas mínimo una hora, porque están separadas unos 600 metros y si hay algún retraso toca ir rápido de una a otra. Buen trabajo del guía. Se puede reservar online, ahora los grupos son reducidos (de 6 personas) lo que es más cómodo y respetuoso.