Precioso. Una gruta impresionante, te deja con la boca abierta. Los grupos de visita son pequeños, lo cual es un lujo, porque este tipo de visitas se hacen normalmente en grupos grandes. Es una gruta privada, descubierta por el padre del dueño, y no cuenta con ayudas del estado, por lo que el precio, para su mantenimiento, resulta muy justo (7€). La visita dura aproximadamente media hora y no deja insatisfecho. Muy recomendable

Muy muy bonito. Visita de unos 30 minutos, no hay a penas gente y la gruta es espectacular. Muy fresquito (14 grados todo el año) y la visita es guiada. 100%recomendable. Para nosotros fue una joya inesperada. Se puede ir con peques sin problema pero no con carro.

Grata experiencia. En general genial porque la cueva está bien para visitarla. Pero el trato por parte del personal le resta un poco a la experiencia. Hay que llamar antes para reservar. Hay un bar para tomarse algo antes de entrar a la cueva. Una vez llegamos allí, fue un poco incómodo porque no recibimos nada de atención, una vez llevábamos unos minutos ahí esperando en el bar preguntamos por la gruta, nos dieron unos panfletos y dijeron que sí era ahí y que en un ratito empezaba el recorrido la persona responsable. Al rato empezamos el recorrido, no se permiten hacer fotos (tampoco sin flash, directamente no se permite). La gruta muy curiosa, en unos 30 minutos como máximo estás fuera y hay formas curiosas y muy cuidadas. El monitor que explica lo hace de un tono de voz constante y sin mucha emoción, y cuando le haces preguntas simplemente se ciñe como al guion que ya tiene preparado y te dice que cuando llegue el momento, te contestará.

Gruta PRECIOSA! Llena de detalles. Cada rincón es una obra de arte de la naturaleza. Muy bien cuidada. La atención del guía es perfecta. Explican cada detalle. Sin duda recomendable. Es privada y hay que reservar. Tiene una zona de aparcamiento a escasos metros y un bar/restaurante. Un rincón para maravillarse.

Precioso el lugar