Buena y diferente experiencia en la isla. Lugar muy bonito y agradable, las explicaciones y el trato por parte del guía fueron excelentes. La cata de vino y queso merece mucho la pena. Totalmente recomedado.

El sitio está precioso y quizás por eso se merecen alguna estrella más, pero el servicio no solo es malo es inexistente porque no hay nadie en el hotel, nadie para recibirnos y nadie en el restaurante, ni para tomarse un café. El precio es muy caro para solo el alquiler de una habitación. Eso sí poniendo algún empleado en Hotel sería todo un lujo.

MUY MALA EXPERIENCIA. Teníamos una reserva para pasar el fin de semana, de sábado a lunes. El jueves llame para preguntar un par de cosas y para concretar la hora de llegada, tal y como ellos solicitan ya que no hay recepción 24h (y todo estaba correcto). A nuestra llegada nos encontramos con todo cerrado, nadie esperaba. Llamamos para informar que nos encontramos en el alojamiento y el chico que me atiende nos contesta que no hay ninguna reserva para ese día. Le envío el bono de la agencia, lo comprueba y me dice que no tenemos reserva. Llamo a la agencia y me confirma que la reserva estaba confirmada desde el 4 de enero, tanto por la agencia como por la mayorista. Vuelvo a hablar con el chico y me comenta que a ellos no les consta, que tienen el hotel lleno y que no pueden hacer nada. Pues nada, nos dejan en la calle sin más miramientos... Menos mal que la agencia se encargó de reubicarnos. Se ve que en temporada alta dan más prioridad a reservas de larga duración, que la de pocos días... Que lo podemos entender, pero no el dejar a unos clientes tirados el mismo día de la llegada. A futuros clientes con reservas de estancias cortas les deseo suerte y que se aseguren muy bien de qué su reserva este OK.

Muy grata experiencia!! El vino está MUY bueno y es de cosecha propia, el queso es todo un espectáculo y todo sin hablar de la guía Kimberly que hace que la experiencia sea mucho mejor con su simpatía y sus toques divertidos! Muchas gracias, lo recomiendo 100%

Una lástima. El restaurante, la tienda y el museo cerrados. El hotel, en decadencia absoluta. Las instalaciones tienen serios problemas de mantenimiento y están sucias y desatendidas. El personal es la mínima expresión, una persona que viene un rato a servir desayunos. No hay recepción y los clientes estamos básicamente abandonados sin ningún servicio o atención. Además, pese a lo que dice la publicidad, no es solo de adultos y admiten niños. Si buscas calidad o tranquilidad no es el sitio adecuado.