Una de las iglesias románicas más importantes y antiguas de Zamora. Es imprescindible visitarla para situarse en el románico de la ciudad

Muy bonita

Se encuentra en casco antiguo de Zamora construida en el siglo XI. Conserva en traza románica el ábside y el muro meridional primitivos, siendo del mismo estilo la reconstrucción posterior, en torno a 1200. La disposición original de tres naves fue sustituida durante la reforma de mitad del siglo XII por un espacio unificado con grandes arcos fajones. En el muro norte del primer tramo de la nave se conserva la hendidura por la que, según la tradición, salieron las Sagradas Formas para alojarse en el Beaterio de Las Dueñas en el momento del incendio del Motín de la Trucha. Se mezclan estilos arquitectónicos: el románico de su cabecera y el tardo-románico del resto del templo. En su origen contaba con planta basilical de tres naves y ábside semicircular que se encontraba separado por un arco toral apuntado, con comunicación con las naves. Con su reconstrucción se transformó en una nave única, se hizo el arco toral y dos estancias adosadas a ambos lados del ábside central.

Joya del Arte Románico. En su interior se pueden observar pintura al fresco de la misma época de la Iglesia y por supuesto la impresionante y maravillosa imagen de Jesús Yacente, cuyo autor es Gregorio Fernández o alguno de sus discípulos, que procesiona el Jueves Santo, acompañado de su Penitente Hermandad, desde dicha Iglesia por las calles del casco antiguo de Zamora, en unas muy humildes parigüelas a la manera de los antiguos entierros castellanos.

De las menos modificada en siglos posteriores. Precioso templo que nos descubre la espiritualidad románica. Restos de pinturas góticas.