kikong grijander 27/02/2022 Una pena que no sea visitable. El terrenito que tiene al lado se ve q está mal cuidado. En una pena que todo este entorno no esté mejor cuidado
javier gonzalez-soria 28/07/2018 La Torre fuerte de Alberite, Palacio de Doña Urraca o Casa de los Moros se encuentra en la Calle Torre nº 12, al suroeste de la localidad de Alberite, provincia de La Rioja. El nombre de Alberite aparece citado con frecuencia en la documentación del reino de Pamplona y Nájera, a partir del siglo X, y posteriormente en la del reino de Castilla, especialmente durante el siglo XIV. Perteneció a Doña Urraca Garcés, hija del rey García Sánchez III, apoderado el de Nájera, y desde el año 1056 señora de Alberite, Lardero y Mucrones. En el año 1092 el Cid realizó una incursión por La Rioja, destruyendo los poblados de Logroño y Alberite, y en el año 1095, Alfonso VI otorgó a Logroño su fuero, en la villa de Alberite. En 1298 hay un cambio de propiedad debido a que el rey Fernando IV vendió el castillo de Alberite al concejo de Logroño. Años después, Juan Alfonso de Haro, señor de Cameros, invierte dinero en la reconstrucción de la torre y su hijo, Diego López de Haro, la vuelve a vender a Logroño. Además de la torre, se ha conservado la tradición de la existencia de otro fortín, situado en el extremo noroeste de la villa, en un lugar conocido con el nombre de el Castillar, y de un pasadizo que comunicaba ambas fortalezas. Más que un pasadizo, serian bodegas excavadas bajo las viviendas, de las que todavía se conservan hoy algunas. La torre es de planta rectangular, de 17,50 por 12,50 metros de lados, y sus muros de sillería miden 2,50 metros de espesor. Ha sido reutilizada para viviendas por lo que su estado de conservación es muy deficiente. En la actualidad, son visibles dos de sus muros, realizados en sillería, que cuentan con estrechas aspilleras o saeteras que marcan su función defensiva. En su parte baja se abre un pasadizo que, según dice la leyenda, lleva hasta el Castillar (donde habría otro fortín). Construida con muros de sillería macizados con morrilo. Su estado de conservación es muy deficiente, pues ha sido reutilizada como viviendas y los muros han sido fuertemente modificados en su aparejo (ladrillo, adobe, hormigón) y por la apertura de diversos vanos en sus tres alturas. En los muros este y sur ha desaparecido por completo el paramento de sillería exterior, aunque quedan algunos vestigios en los otros dos. El muro norte conserva su estructura original en casi toda su altura, pudiendo verse todavía mechinales y una aspillera. En el interior, los muros originales se han mantenido en mejor estado, especialmente en la planta baja.
josé julio melgares 23/11/2016 Austero palacio del siglo XVI. Tiene tres plantas. Las dos superiores con un pequeño balcón.